El cuadro clínico con el cual,
generalmente, se presenta el adulto deprimido es el
siguiente:
- Una disposición sostenida de un ánimo
melancólico, deprimido o triste, asociado a un
sentimiento de infelicidad constante - Sentimientos de duda, de culpa y de pesimismo
persistente, son predominantes - El paciente se percata de la presencia de
emociones opresivas y de miedo, que antes
estuvieran ausentes - A muchos los invade una premonición
angustiante de que algo desafortunado va a suceder — a
menudo acompañado de deseos de llorar sin
razón aparente - La persona
deprimida, llora, sin razón aparente - La víctima de esta condición, a
menudo, se torna, asimismo, irascible sin
provocación o sin justificación, resultando
en sentimientos secundarios de culpa - La sensación opresiva de tener "un nudo en
la garganta", es un fenómeno común, asociado
con sentimientos de aprensión y de
angustia
- El paciente se percata de la presencia de
- Percepción del temor de quedar solos, de
resultar indefensos o de terminar por todos abandonados — son
percepciones comunes - Emociones de culpa por pecadillos menores o por
errores pasados y ya olvidados, anuncian su retorno poco
grato - Sentirse viejo, feo, gordo o marginalizado — a
pesar de la persona estar en plena flor de vida, salud y
productividad - Preocupaciones desagradables acerca de inferioridades
imaginadas, de fracasos personales y de la falta de logros, son
comunes — como lo son también, inquietudes acerca de
la salud personal, o
acerca del significado mismo de la propia
existencia - Variación diurna del ánimo.
Sintiéndose mejor durante una parte del día y
peor durante el resto del mismo — generalmente se siente uno
peor por las mañanas y mejor al fin del
día - Pesadillas, especialmente con temas de dolor,
discapacidades, pérdidas y muerte - Anhedonia (pérdida de la habilidad de sentir
placer) (Véase nuestra ponencia, por el mismo
título en la sección de psicología
en monografías.com).
- Pérdida de la capacidad de hacer decisiones,
aunque estas sean pequeñas.
Niño deprimido
Comienzo de ataques
inexplicables de ansiedad y de pánico
- Signos vegetativos, o de expresión física (que pueden
ser): - Trastornos del sueño: dificultades conciliando
el sueño. Y si se logra dormir, se duerme muy poco o
demasiado — especialmente con la tendencia a despertar
intermitentemente durante la noche — o a despertar muy
temprano y, con cansancio residual, por las
mañanas - Somnolencia durante el día, que puede
interferir con el rendimiento laboral - Retraimiento físico, desidia y aislamiento
emocional son predominantes - Trastornos del apetito. Aumentado o disminuido.
Generalmente de suficiente magnitud para resultar en la
pérdida, o en el aumento ostensible, del
peso - Rehusar todo — o casi todo — alimento. O comer,
en exceso, por "ansiedad", sin tener hambre y sin disfrutar o
apreciar lo ingerido - A veces, sequedad y mal sabor en la boca
- Fatiga fácil, o falta de resistencia y
de energía - Dolores de cabeza, de estómago, tensión
premenstrual y una variedad profusa de síntomas vagos,
con una sensación insidiosa de presión
en el pecho - Miedos de sufrir enfermedades serias con
una preocupación exagerada acerca de las funciones del
cuerpo (hipocondría) — (Véanse mis ponencias al
respecto). - Estreñimiento
- Además de:
- Pérdida o disminución del interés
sexual - Pérdida de goce en todas las actividades
placenteras acostumbradas - Pérdida de la concentración, de
la memoria y
disminución en la velocidad de
los pensamientos (bradipsiquia).
Esta presentación sintomática puede
aparecer de un modo diferente —dependiendo, a veces, en la
intensidad del episodio o en la edad del paciente.
Para mayor entendimiento, DSM-IV, ofrece criterios
diagnósticos estandarizados.
Evolución
La historia natural de la
enfermedad presenta una tendencia particular y
característica de remisión sintomática para
que, inesperadamente, los síntomas tiendan a retornar —
como punición o condena.
Pausa
Una observación de importancia, aquí es
necesaria, y ésta es: que la depresión
es trastorno usual de todas las edades, incluyendo la infancia, la
niñez, la adolescencia y
la vejez.
(Véanse nuestras ponencias al respecto).
Las diferencias sintomáticas entre las edades son
función
del período de la vida y del desarrollo
individual, como antes dijéramos
Continuación
Muy a menudo, el paciente deprimido puede tolerar en
soledad y en silencio una de las condiciones más
agobiantes conocidas a la naturaleza del
ser humano. (Véase mi ponencia: La Sonrisa de
Dios).
Ese aislamiento típico, sólo logra
empeorar una situación que ya es perniciosa.
(Léanse las notas biográficas acerca del poeta
Dante Gabriel Rossetti y de su desafortunada esposa, en nuestros
artículos).
La persona quien está deprimida no está
simplemente triste — la persona quien está deprimida no
ve un fin o una salida para ésta, su, interminable,
miseria.
Para impresionar al lector con la naturaleza infernal de
esta condición, aquí hacemos referencia al poeta
William Blake (1757-1827) que en su poema en el que alude a la
Divina Comedia (Commedia) de Dante, inscribe en las
puertas del infierno: "All hope abandon, ye who enter
here"). (Léanse mis notas al respecto de Las
Visiones del Poeta William Blake).
Historia
La historia de la depresión como parte
inseparable de la condición humana es muy larga, siendo
algo que hemos cubierto en otras de nuestras
ponencias.
La depresión se menciona dentro del marco
esencial de casi todo libro sagrado;
siendo motivo inspirador para poetas, músicos,
dramaturgos, arquitectos, filósofos y todos aquellos quienes integran
la gama de nuestro pensamiento
artístico.
Uno de los libros
más famosos y de inmortalidad histórica es el que
Robert Burton (1577-1640) publicara bajo el título de:
Anatomy of Melancholy — aquí lo
recomendamos.
Edvard Munch
Prosigamos con la lección
La persona quien está deprimida llora porque no
sabe cómo reducir y cómo confrontar el dolor
psíquico que le roba el derecho a ser feliz, y que le
reemplaza la iniciativa del vivir con la apatía y la
pasividad.
La persona quien está deprimida no ríe
porque no puede gozar de nada y de nadie. La persona deprimida,
muy menudo contempla la muerte como
alternativa preferible a una vida de calidad tan
amarga y miserable.
"Ridi pagliaccio e ognun
t’applaudirà"… Ruggiero
Leoncavallo.
El suicidio siempre
es posible — si la depresión es
profunda
En otras palabras:
La depresión es una enfermedad
psiquiátrica que puede culminar en la muerte de sus
víctimas. (Véanse nuestras ponencias relacionadas
al suicidio y al para-suicidio, así como la muerte en las
anoréxicas, como dificultad
médica/psiquiátrica).
La evolución de la depresión es un
continuo que progresa: de afecto è a reacción è de reacción è a conflicto
è de conflicto a enfermedad
— cuando se la conceptualiza, en el sentido estricto de la
palabra que la define…
Hasta hace muy poco tiempo, la
depresión se concebía como la expresión de
conflictos
reprimidos e inconscientes que debían de ser
psicoanalizados para que el paciente lograse el objetivo
elusivo y anhelado de su cura. Hoy, la depresión se
entiende como un trastorno hereditario que afecta el metabolismo de
ciertas substancias en el cerebro que
controlan los afectos y los ánimos de todos los
seres humanos — y posiblemente de otros seres vivientes.
(Véase mi ponencia acerca de las endorfinas y la
serotonina).
Por ello, los factores individuales-personales, los del
entorno y el efecto de ciertas enfermedades físicas, que
pueden coexistir con las reacciones emocionales, son
posibilidades diagnósticas. (Aquí recomendamos los
trabajos seminales de S. Freud y de K.
Abraham acerca de la melancolía y el propio: De los
trastornos de la tiroides, artificiosos: El caso de Roselia,
que aparece en monografías.com).
El
tratamiento
La terapia de la depresión requiere que al
paciente y a sus seres cercanos se los instruyan en las
realidades de la situación que los confronta. La educación debiendo
de ser un proceso
detallado y minucioso con el esmero requerido para lograr las
metas esperadas.
A veces, los grupos de soporte
y de apoyo mutuo, conducidos por profesionales calificados,
constituyen un adjunto importante para la estrategia
terapéutica. (Véanse mis ponencias al
respecto).
Medicinas
El uso de medicinas indicadas y específicas. Debe
de ser conducido y supervisado de modo circunspecto y con las
debidas explicaciones suministradas al paciente acerca de lo que
se le estará administrando. (Consúltense
artículos que, al respecto hemos publicado, o entren al
Internet para una
actualización de este tema en evolución
constante).
Este último aspecto del tratamiento es el
más moderno, el más complicado, el más
exitoso — y el que nunca debe de relegado a personas sin
entrenamiento
riguroso.
Es necesario que ahora se inserte una nota de
prudencia:
El suicidio…
Tomen en cuenta que un paciente, a veces, respondiendo
favorablemente — durante las fases tempranas del tratamiento
— puede sumar el coraje, durante esta mejoría
incipiente. para decidir terminar sus miserias tomándose
una dosis excesiva y letal de las medicinas recetadas.
La psicoterapia
de la depresión
Actualmente, en los Estados Unidos de
América, las estrategias
terapéuticas conocidas como la Terapia Cognitiva de la
Depresión (desarrolladas por el Profesor Aaron
Beck) han adquirido gran popularidad y confirmación entre
la clase
profesional. Esta recepción se debe en gran parte, porque
estas maniobras se adaptan de un modo práctico, flexible y
que proveen apoyo a la condición del paciente, haciendo
caso omiso a fórmulas y teorías
esotéricas que pueden (y que a veces no pueden) ser de
aplicación al caso de individuos cuyos estados de
ánimo a menudo adquieren proporciones
críticas.
Pero, el tiempo ha demostrado que, si bien, es verdad
que estos métodos
son útiles, que no son la panacea por tantos
ansiada…
Las bases, muy simples, que forman las fundaciones
teoréticas del método
desarrollado por Beck, proponen tres cosas:
- Que la persona deprimida posee una percepción distorsionada y negativa de
sí misma - Que la persona deprimida concibe e interpreta sus
contornos ambientales de forma igualmente negativa,
y - Que la persona deprimida tiene una visión
pesimista de su futuro.
Basados en estos principios, y
asistidos por un profesional con pericia, es mucho lo que se
puede lograr para aliviar y remediar la carga tan amarga,
agobiante y miserable que puede constituir una
depresión.
En una mayoría de los casos, la psicoterapia
médica usada en conjunto con las medicinas
específicas ofrece al paciente deprimido, el mejor recurso
para su tratamiento. Es éste el método que
conocemos como el "tratamiento clásico" y el que resulta
siendo el más efectivo. (De relevancia especial a esta
lección es mi artículo: La Obesidad:
Indefensión ¿Aprendida o Innata?)
Bibliografía:
- S. C. Vaughan: The Talking Cure (1997 G.P.
Putnam’s NY) - F. M. Mondimore: Depression: The Mood Disease
(1990 The Johns Hopkins University Press Baltimore) - D. K. Cassell & F. E. F. Larocca: The
Encyclopedia of Obesity and Eating Disorders (1994 Facts on
File NY) - F. E. F. Larocca: New Directions for Mental Health
Services (1986 Jossey-Bass San Francisco)
Dr. Félix E. F. Larocca
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